domingo, 7 de octubre de 2007

¿Qué se nos habrá perdido en Singapur?




Querido y viejo amigo Ramón:

Respondiendo a tus preguntas, y concretamente a esa de "¿Qué se te ha perdido a ti en Singapur?" te diría que además de a cuenta de los motivos laborales y personales de los que ya he hablado en la Embajada, estaba un poco harta de vivir en sitios exóticos e interesantes durante cinco años, donde la vida no es fácil cuando no estás de vacaciones, sino que vives allí e intentas llevar una vida normal, como levantarte a las 6.30 para ir a trabajar, desplazarte a tu lugar de trabajo, pasar más de 8 horas allí y volver a casa pensando que tienes la nevera vacía y que necesitas comprar algo comestible y vives en un sitio donde no puedes comunicarte en ninguna de las lenguas que hablas o entiendes, donde la cultura y los códigos de conducta son muy diferentes a los nuestros y que lo que para ti significa "dame un kilo de tomates" para la otra persona significa "qué guay, el pardillo de turno con el que voy a hacer mi agosto hoy", o si vas a un restaurante y quieres una servilleta y no sabes cómo se dice, mueves tus manos sobre tu boca agitándola de un lado a otro y la Fuwuyuan (camarera) te trae la cuenta, o una lata de cerveza, o algo peor. Y que por esos y otros comprensibles motivos necesitaba un "break", un descansito de tanta lucha diaria por una servilleta, y mudarme a un sitio más occidental, donde además de ganar más dinero y tener un experiencia laboral interesante no tuvieara que pelearme en el mercado, que para eso han inventado el Carrefour.